Italia vengó la afrenta teutona de haberles ganado la Copa del Mundo en su casa en 1990, y le despachó dos goles al anfitrión del presente mundial en un minuto, y a 90 segundos de concluir los tiempos extras en el encuentro de semifinales que sostuvieron hoy ambas escuadras.
El partido fue difícil, desarrollándose en oleadas, aunque la expectativa de ser el encuentro más interesante del mundial no se cumplieron en los 90 minutos del tiempo regular.
Al iniciar los tiempos extra, Italia se plantó mejor y atacó a una Alemania que ya se veía agotada, pues venía de ganarle en penales a los argentinos, que los hicieron ver su suerte. De esta manera, los azzurri se lanzaron al abordaje de la meta germánica pero no pudieron anotar, a pesar de mandar dos avisos muy claros al fallar sendas oportunidades de gol. Alemania, por su parte, tuvo un par de oportunidades que no supieron concretar, lo que a la larga decretó su eliminación del juego por el campeonato.
En el segundo tiempo del alargue, los alemanes intentaron responder, y volvieron a desperdiciar al menos dos evidentes oportunidades para horadar la cabaña de Buffon. El cansancio ya era más que evidente, y los italianos mantuvieron el asedio. Cuando parecía que todo se iba a definir en las angustiantes series de penales, al minuto 13 y medio, Grosso hizo una genialidad, al tomar un pase filtrado desde el centro del área grande a su posición, que era al extremo derecho de los italianos. No lo pensó, la empalmó con la parte interna de su pie izquierdo. El balón salió con dirección hacia afuera del segundo palo, y parecía que iba a salir, pero repentinamente empezó a hacer una comba endemoniada y se incrustó en la meta teutona. El arquero Lehmann nada pudo hacer, el tiro era cruzado y totalmente fuera de su alcance.
El corazón de Alemania dejó de latir, y solamente lo hizo nuevamente para sumir a la nación entera en el estupor. Solamente se oían en el estadio las celebraciones de los escasos italianos que lograron obtener un boleto para presenciar el milagro que su equipo estaba logrando.
Al reanudarse el encuentro, después de esta estocada al corazón, los alemanes se vieron inseguros por primera vez en esta copa. Hubo una aproximación teutona a la meta itálica que no trascendió. En la siguiente jugada, se vio claramente que habían bajado los brazos. En una nueva acometida de los anfitriones, el balón salió rebotado desde el área chica visitante hacia afuera de la grande, ante la pasividad de los alemanes, lo que permitió que Italia robara el balón y saliera en un contragolpe fulminante. A pesar de ser tres defensores contra un atacante, la zaga se desarticuló totalmente con las fintas, y ya no pudo reaccionar ante el pase enviado a Del Piero, quien con tranquilidad, aguantó la salida de Lehmann y bombeó el balón sobre el hombro izquierdo del alemán, quien solamente pudo voltear a ver cómo la de gajos se incrustaba en las piolas.
Era ya el acta de defunción del equipo alemán, quien quedó de esta manera fuera de la final en su propio país. El estadio era un mar de consternación, al igual que la Alemania toda, y ni que decir de los agotados jugadores alemanes.
De esta manera, los oriundos de la península itálica esperarán a su rival para la final que saldrá del encuentro de mañana entre galos y lusitanos, mientras que los de casa esperarán al equipo contra el cual disputarán el tercer lugar.
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