martes, julio 11, 2006

Syd Barrett, shine on you crazy diamond


Algunos de ustedes habrán oído hablar de Pink Floyd. Algunos otros de Syd Barrett. Este último murió el 7 de julio pasado a los 60 años de causas que aún no son dadas a conocer, aunque The Independent asegura que sufría de diabetes y úlceras estomacales.


Syd Barrett, el creador de Pink Floyd y que pasó sus últimos años en reclusión y anonimato, falleció, informó el martes una portavoz de la banda de rock. Tenía 60 años.

La vocera, que no quiso ser identificada, confirmó versiones de prensa sobre el fallecimiento, afirmando que Barrett había muerto hace varios días. No divulgó la causa de defunción.

Barrett solamente necesitó dos discos, dos sencillos y tres años para convertirse en leyenda. Se unió a la banda que bautizó como Pink Floyd en 1965. Se dice que el nombre lo acuñó combinando los nombres de dos músicos de blues: Pink Anderson y Floyd Council. A partir de su llegada, comenzó a experimentar principalmente en el campo de la música sicodélica, la mayor parte del tiempo bajo los efectos del LSD, droga sicodélica semi-sintética, muy de moda en esos años.

No hablaré de la influencia de Pink Floyd en la escena musical actual, sino que me centraré en Syd. En 1967, el Floyd logra firmar un contrato con EMI, con lo que lanzan sus dos primeros sencillos, escritos por Barrett: Arnold Layne y See Emily play, ambos éxitos inmediatos en el Reino Unido.

Posteriormente se publica un tercer sencillo, Apples and Oranges, pero que no tuvo el éxito de los anteriores. En ese mismo año de 1967, la banda graba The Piper at the gates of dawn, su primer álbum. Ya los problemas de Syd con las drogas empezaban a ser una constante. Un año después, en 1968, graban su segundo LP llamado A Saucerful of secrets. Para entonces, Barrett era incontrolable, y se sumía cada vez más frecuentemente en laberintos creados en su mente que solamente él recorría, al grado de llegar a permanecer parado, sin tocar y con la mirada perdida a lo largo de los conciertos del Floyd.

Es por esta razón que la banda decide llamar a David Gilmour para que se una a ella, de manera que haya quien reemplaze a Syd durante los conciertos en sus ya típicas escapatorias mentales. Existe discrepancia acerca de lo que realmente le sucedía a Syd. Unos dicen que las drogas le frieron el cerebro, mientras que otros simplemente afirman que fueron el catalizador de la enfermedad mental que estaba latente en su cabeza.

A este último respecto, algunos dicen que se trataba de esquizofrenia, otros que del Síndrome de Asperger, y el resto que era un desorden relacionado con el autismo. Sea lo que fuere, llevó a Barrett a un mundo que los demás no podían visitar, por lo que la banda lo expulsó en ese mismo año de 1968.

A partir de entonces, Syd hizo algunas cosas como solista, participó marginalmente en algunos trabajos del Floyd, pero nunca retomó el brillo de diamante que lo caracterizó años atrás. Quebrado y lunático, regresó a vivir a casa de su madre en donde murió hace unos días.

Fue hasta 1975 que la banda se volvió a encontrar con Barrett de manera totalmente inesperada. Durante la grabación del álbum Wish you were here, específicamente al estar grabando la canción Shine on you crazy diamond, que escribieron para hablar de su amigo Syd, vieron que un hombre rapado, gordo y rasurado hasta de las cejas, estaba sentado al fondo del estudio. Cuando preguntaron quién era, les respondieron que Syd Barrett. En ese momento la banda dejó de tocar y rompió en llanto, pues no podían creer que ese fuera Syd, que no lo hubieran reconocido, y que estuvieran justo en ese momento tocando la canción que le habían compuesto, cuyas primeras estrofas dicen:

Recuerda cuando eras joven
brillabas como el sol
brillabas, loco diamante
Ahora hay una mirada en tus ojos
como agujeros negros en el cielo
brillabas, loco diamante.

En tan poco tiempo, por su experimentación sicodélica (tocaba su guitarra Fender Esquire con un encendedor Zippo aplicando todo tipo de efectos y filtros), por su claridad musical, y su talento como guitarrista y cantante, Barrett dejó una honda huella, no solamente en el Floyd, sino en una lista muy grande de músicos y grupos que han confesado la influencia de Syd en sus ideas musicales: Paul McCartney, David Bowie, Pete Towshend (The Who), R. E. M., Soundgarden, Placebo, Smashing Pumpkins, Voivod, Phish, The Cure, Pearl Jam, Blur, Red Hot Chilli Peppers, y muchos más.

El diamante loco se ha ido a otro lugar, a otro universo, a otro plano. Quizá logró por fin recorrer los senderos que su mente construía, quizá logró alcanzar las alucinaciones que su cerebro siempre veía, quizá se liberó de ese lastre que era su cuerpo y hoy vaga libremente.

Tomo otra parte de Shine on you..., para saludar su partida.

Vamos tú extraño, tú leyenda, tú mártir y brilla ...
brillabas, loco diamante.

Adiós Syd.

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